La incertidumbre sobre el impacto de la gripe aviar empieza a exponer algunas de sus consecuencias, principalmente en el descenso de los niveles de consumo de algunos cortes premium del pollo, como las supremas, y el de los huevos, que cierran el mes con un incremento de casi 90% en el primer caso y más del 100% en el segundo.
Por otra parte, marzo concluye sin que las carnicerías más grandes de Posadas reporten incrementos en el precio de la carne vacuna, después de la fuerte suba de febrero (+7%); pero el pollo y el cerdo no quedaron eximidos de la ecuación crisis e inflación.
Entre los cortes que menos subieron se encuentran alita y muslo, que valen $1.100 y una promoción de 3 kilos por $1.800, pero de todas maneras están muy igualadas con el valor de un kilo de carne como el cuadril o la paleta con hueso.
“Aplicamos un ajuste de entre el 15% y el 20% en los productos de pollo con hueso, mientras que la pechuga sufrió una suba de casi 100% y las supremas pasaron de una semana a otra, de valer $1.200 el kilo a $2.200”, dijo al diario Primera Edición el propietario de carnicerías Hugo Metrechen.
“Los proveedores nos explicaron que por causa de la gripe aviar, la producción tuvo una merma en la oferta en el mercado lo cual impulsó los precios que, para colmo, ya venían teniendo ajustes por la misma inflación”, acotó el hombre.
Todo esto llevó a una fuerte caída en las ventas, la cuales en la percepción del empresario se acercan al 30%.
“La situación del consumidor no cambia al mismo ritmo que la suba de precios. Se las tiene que arreglar casi con el mismo presupuesto mes a mes y toda suba nos plancha el consumo. Las ventas en general cayeron muchísimo, y en cuanto al consumo de pollo, que se notó mucho por lo abrupto, fue una caída del 30%”, describió.
Crecen operaciones con tarjetas y billeteras virtuales
Los malabarismos para llegar a fin de mes asegurando el sustento diario de las familias llevó a los consumidores a usar la tarjeta de crédito o los créditos blandos que otorgan algunas billeteras virtuales para comprar comida, y eso se percibe en un cambio de formas de pago, según reflejó Hugo Metrechen.
“Hasta hace pocos años había un comportamiento de pago muy distinto al actual, donde nos encontramos con un 70% de transacciones con tarjetas o billeteras virtuales y un 30% y a veces menos de compras en efectivo. Ahí hay un costo que absorbemos los comercios, y que abona a toda la crisis que ya conocemos”, expresó.
“No era común que la gente se endeude para comprar la comida, pero viendo que no se llega con la plata física, los consumidores recurren a todo lo que tienen a mano”, advirtió con gran inquietud.
Fuente: Primera Edición