La harina y el azúcar tuvieron subas promedio por encima del 20 por ciento en marzo

La suba constante de precios se ha convertido en la principal preocupación de los argentinos. La Nación parece haber perdido “la guerra contra la inflación” que declaró el presidente, Alberto Fernández, en marzo de 2022. Las grandes firmas de alimentos ven en el Ejecutivo un Gobierno frágil, al que le quedan pocos meses de gestión, y tratan de aprovecharlo.

Sin embargo, los aumentos no golpean de igual manera en todos los sectores. Donde más se siente es en aquellos quioscos y almacenes de barrio, lugares de compra preferidos por las familias de bajos o medios recursos, que, a la vez, son quienes más sufren la crisis actual.

“La inflación nuestra en marzo fue entre el 8 y el 10%”, reveló Ismael Ortigoza, del Centro de Almaceneros de Posadas. Los números anteriores están muy por encima de las estimaciones de las consultoras privadas que lo ubican alrededor del 7% a nivel nacional.

En conversación con el diario Primera Edición, Ortigoza explicó que durante el mes anterior se registraron importantes aumentos en casi todos los productos, aunque hubo dos de ellos que sobresalen: el azúcar con un 25% y la harina 0000 con el 42% de suba promedio.

“Arrancamos marzo con $230 el paquete de azúcar común. Luego subió a $250 y finalmente lo terminamos en $280”, detalló Ortigoza.

Con respecto a la harina 0000 (usada principalmente en pastelería), precisó que la bolsa de 25 unidades pasó de $2.800 a $4.000.

Inflación generalizada

Ortigoza remarcó que el alza de precios nuevamente se dio de manera generalizada y fueron pocos los alimentos que se salvaron; entre ellos el queso.

“La carne subió un 7%, al igual que la yerba. Los huevos un 10%. En la categoría verduras también todo aumentó”, enumeró.

Almidón, más caro

El almidón se encuentra entre los productos de mayor aumento en marzo, por dos factores principales: la escasez producto de la sequía y la alta demanda por Semana Santa.

De acuerdo al titular del Centro de Almaceneros, el incremento promedio fue del 24% y terminó provocando menos ventas que el año pasado.

La crisis en primera persona

Ismael Ortigoza lleva cinco décadas frente al mostrador y ya tiene varias crisis económicas sobre sus espaldas, pero “no recuerdo ninguna como esta”, advierte y describe con pesar una situación que se va normalizando en su negocio.

“Los clientes recorren todo el local, buscan lo más barato y cuando llegan a la caja, igualmente tienen que dejar productos porque no les alcanza la plata para llevar todo. La verdad que es muy triste vivir todo esto”, cuenta.

De acuerdo a sus cálculos, cada persona gasta $15.000 en la compra semanal, aunque ese número va creciendo con el correr de los meses.

“En todos mis años pocas veces vi que los precios aumenten tanto como ahora. Ya no tenemos referencia de nada”, alerta.

Con los salarios perdiendo contra la inflación, los hábitos de consumos también se ven modificados. “Hoy volví a vender como hace 50 años, productos por unidad. Los clientes buscan lo más pequeño (el paquete de medio kilo, por ejemplo) porque es lo más económico. Ya nadie ve marcas, sino precios”, consideró.

La vuelta del fiado

El propio Ortigoza confirmó semanas atrás que volvió el tradicional fiado como medio de pago.

“Hay gente que está dispuesta, que viene y lleva un kilo de azúcar o todo lo que necesita. Se le anota, pero cuando llega fin de mes, recién se le pone el precio. Si no, es imposible”, indicó.

Luego, agregó: “Hay personas que no pueden comprar una botella de aceite, entonces le doy un cuarto de grasa o por 20 pesos; así también el fideo spaghetti, el almidón que está carísimo, harina… todo lo que se pueda fraccionar, se hace. Es lamentable pero así es la situación”.

Kioscos, con menos ventas

Al igual que los almacenes, los kioscos no son ajenos a la coyuntura actual.

En una recorrida que hizo Primera Edición por locales de Posadas, los testimonios se unifican: hay menos ventas y los proveedores actualizan los precios de las listas en cada nuevo envío.

“Hoy atravesamos por mucha incertidumbre. En nuestro caso volvimos a apostar con fuerza a las segundas marcas porque hoy es lo que más se vende”, expresó una comerciante de Villa Urquiza.

Un escenario que preocupa

El objetivo del Gobierno Nacional, principalmente del ministro de Economía, Sergio Massa, era llegar a una inflación del 4% en abril, algo que a estas alturas ya está prácticamente descartado. Por el contrario, durante marzo, los datos continúan mostrando un escenario preocupante.

El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) estimó que en una semana los alimentos frescos y huevos subieron un 11,4%, al tiempo que en la medición mensual el salto fue de 30,5%.

El podio de las subas semanales se completó con alimentos frescos y pescados y mariscos, con 8,8% y frutas y verduras, con 5,2%.

Fuera de la canasta básica, el segmento de Electrodomésticos lavado y secado experimentó un ajuste de 6,2% de una semana para la otra.

La consultora LCG, por su parte, calculó que el índice de alimentos y bebidas presentó una inflación mensual de 5% promedio en las últimas cuatro semanas y 4,4% punta a punta en el mismo período. “Verduras y lácteos lideraron la suba semanal”, marcan.

Empresas rompen el pacto

Podrán cambiar los actores, pero la película se repite una y otra vez.

Las empresas productoras de alimentos decidieron romper el “pacto” que tenían con el Gobierno nacional y ya empezaron a pasar listas de precios con subas de hasta el 40%, cuando el máximo que establece “Precios Justos” es del 3,2%, según da cuenta el diario Página 12.

Los principales sectores que han adoptado esta postura son firmas azucareras y de fabricación de harinas (líderes en el mercado), cuyas nuevas listas fueron rechazadas por grandes cadenas de supermercados debido a los fuertes aumentos que aplicaron.

Fuente: Primera Edición