Claudia Carina Córdoba, ex candidata a intendenta de Maipú por el Frente Libertario, ha sido detenida junto a dos cómplices por el brutal asesinato de su esposo. La investigación revela un trasfondo perturbador que involucra poder, dinero y un intento desesperado de ocultar el crimen bajo las llamas de un incendio. El asesinato del anciano de 82 años destapa los vínculos siniestros detrás de una figura política libertaria en Maipú.
La imagen impoluta que Javier Milei intenta proyectar sobre su Frente Libertario se desmorona día día. Ahora se ha visto brutalmente golpeada con la reciente detención de Claudia Carina Córdoba, ex candidata a intendenta de Maipú, Mendoza. Córdoba, de 51 años, profesora de inglés y aspirante frustrada a un cargo político, fue arrestada junto a dos individuos más, acusados del asesinato de su esposo, Eduardo Bertón Vidal, un anciano de 82 años.
El caso, que inicialmente parecía ser una tragedia accidental, rápidamente dio un giro macabro. El cuerpo de Bertón Vidal fue encontrado en su hogar, consumido parcialmente por un incendio que, en principio, se pensó había sido accidental. No obstante, la autopsia reveló una realidad mucho más cruda: Bertón había recibido un disparo en la cabeza antes de que las llamas intentaran ocultar las evidencias del asesinato.
Este crimen, que sacude a la comunidad mendocina, desenmascara los oscuros engranajes de la política local y cuestiona el ethos del Frente Libertario que, en su discurso, se presenta como un movimiento regenerador de la política argentina. Córdoba, quien había alcanzado cierto protagonismo al obtener más del 13% de los votos en las elecciones municipales de 2023, representaba la figura de una política «outsider», una profesora común y corriente que aspiraba a romper con la hegemonía de los partidos tradicionales. Sin embargo, su reciente implicación en un asesinato brutal revela una trama mucho más siniestra.
El incendio que consumió la vivienda de Bertón fue solo una cortina de humo, literal y figurativamente. Las autoridades, tras una intensa investigación que incluyó allanamientos en la zona, lograron desenterrar la verdad: Córdoba no actuó sola. Junto a ella fueron detenidos un hombre y una mujer, quienes según las pesquisas habrían ejecutado el crimen en complicidad con la ex candidata. Se presume que Córdoba mantenía una relación sentimental con la víctima, un vínculo que ahora se revela como un pretexto para un acto premeditado de codicia y violencia.
El móvil del crimen, según apuntan las primeras líneas de la investigación, estaría relacionado con la obtención de una significativa suma de dinero. Un hecho que añade un elemento de sordidez a una historia ya de por sí escalofriante. La brutalidad del acto, la frialdad de su ejecución y el intento de ocultar el crimen mediante el fuego reflejan una realidad que va más allá de la política: la degradación moral de aquellos que utilizan el poder como escudo para sus acciones.
Es inevitable que este escándalo proyecte una sombra sobre la figura de Javier Milei y su movimiento. Si bien Córdoba no era una figura de alto perfil a nivel nacional, su conexión con el líder libertario y su rol en la campaña de Maipú inevitablemente asocian este crimen con el discurso incendiario que caracteriza a Milei y sus seguidores. Un discurso que, bajo la bandera de la libertad, parece ser incapaz de controlar los demonios que atrae.
El Frente Libertario, que se enorgullece de ser un bastión contra la corrupción y la decadencia moral de la política tradicional, ahora enfrenta su propio escándalo de corrupción y violencia. La detención de Córdoba pone en cuestión no solo su carácter, sino también la legitimidad del movimiento al que representa. ¿Es este el tipo de liderazgo que Milei promueve? ¿Son estos los valores que la Libertad Avanza busca implantar en la sociedad?
Las respuestas, por ahora, permanecen en el aire, mientras la justicia mendocina avanza con las investigaciones. Córdoba, quien ha suspendido sus actividades docentes y ha intentado desaparecer del radar público, ahora debe enfrentar las consecuencias legales de sus presuntas acciones. Pero más allá del ámbito judicial, este caso deja al descubierto una red de intereses oscuros que se esconde tras la fachada de la renovación política.
El asesinato de Bertón Vidal, un anciano de 82 años que dedicó gran parte de su vida al deporte y la educación en su comunidad, es un recordatorio brutal de cómo la política puede corromper incluso a los que se presentan como renovadores. Este crimen, en su cruda realidad, evidencia que la violencia y la corrupción no conocen ideologías, y que la promesa de cambio y regeneración puede esconder las mismas viejas miserias que tanto se denuncian.
Mendoza, una provincia que ha visto su cuota de violencia y corrupción en el pasado, vuelve a ser el escenario de un crimen que sacude los cimientos de la sociedad. Esta vez, sin embargo, el foco está puesto en aquellos que prometían ser diferentes, que prometían traer una nueva forma de hacer política. Claudia Carina Córdoba, ex candidata libertaria, es ahora el rostro visible de un escándalo que colabora con arrastrar a todo un movimiento en su caída.
(Por Nicolás Valdez)
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