Chicos sin cenar: La desidia del gobierno de Milei en la alimentación infantil

El Informe de UNICEF y la Sociedad de Pediatría Exponen la Cruda Realidad de la Alimentación Infantil bajo la Gestión de Javier Milei.

En un escenario de creciente pobreza y desinversión en políticas de protección social, el gobierno de Javier Milei enfrenta críticas contundentes por sus recientes decisiones, que han exacerbado la crisis alimentaria infantil en Argentina. A pesar de los esfuerzos anteriores, la nueva gestión parece desentenderse de la grave crisis nutricional que afecta a más de un millón de niños, revelando una descoordinación alarmante entre política y necesidades sociales.

En la antesala del Día del Niño, un nuevo informe de UNICEF y una dura carta de la Sociedad Argentina de Pediatría iluminan una crisis que ha estado gestándose durante años pero que hoy se manifiesta con agudeza: más de un millón de niños en Argentina se acuestan sin cenar. Esta alarmante realidad no solo refleja una pobreza persistente, sino también una crisis en la gestión de la nutrición infantil exacerbada por el actual gobierno de Javier Milei.

María Elisa Zapata, directora del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), ofrece una visión penetrante sobre la situación actual. Según Zapata, la calidad de la alimentación de los niños en Argentina está cada vez más alejada de las recomendaciones internacionales. Esta desalineación comienza en la etapa de lactancia, donde apenas el 46% de los niños recibe leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses, un dato alarmante frente al objetivo internacional de mantener la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes de vida.

El informe de UNICEF y la carta de la Sociedad de Pediatría no son meras advertencias; son reflejos de una realidad dolorosa. Mientras que la Sociedad de Pediatría denuncia que el 64% de los niños sufren inseguridad alimentaria, la gestión de Milei parece desconocer o desestimar estas advertencias. En lugar de abordar estas cuestiones con políticas adecuadas, el gobierno ha implementado cambios que afectan directamente la estrategia de sostén nutricional, una decisión que ha sido severamente criticada por su impacto en los más vulnerables.

La crítica se intensifica al observar que el gobierno de Milei ha tomado decisiones que han reducido drásticamente el apoyo a comedores y merenderos, pilares en la asistencia a familias en situación de vulnerabilidad. Esta reducción en el apoyo estatal ha dejado un vacío que se traduce en una mayor inseguridad alimentaria, con serias implicaciones para el desarrollo y el futuro de los niños afectados.

El desafío de la nutrición infantil en Argentina no solo es un problema económico, sino también social y cultural. La transición hacia una alimentación más equilibrada y nutritiva está bloqueada por una combinación de falta de educación sobre nutrición y la influencia de alimentos ultraprocesados ??que han desplazado a opciones más saludables. Zapata señala que la falta de diversidad alimentaria y la prevalencia de productos azucarados han reemplazado a las comidas nutritivas, un cambio que afecta negativamente el crecimiento y desarrollo de los niños.

La situación se complica aún más al considerar que el costo de alimentos saludables, como las frutas y verduras, a menudo supera el presupuesto familiar, un problema exacerbado por la inflación y la retracción económica. Sin embargo, Zapata también destaca que el problema no es exclusivamente económico; hay una falta de tiempo y conocimiento en la preparación de alimentos, una brecha cultural que ha llevado a una dependencia de opciones más convenientes pero menos nutritivas.

Este panorama desalentador pone de aliviar la necesidad urgente de políticas coherentes y sostenibles que aborde no solo la pobreza inmediata, sino también el bienestar a largo plazo de la infancia en Argentina. La crítica a la administración actual subraya la importancia de que las políticas públicas se alineen con las necesidades reales de la población, en lugar de aplicar soluciones que, al parecer, ignoran la magnitud de la crisis.

El informe y las declaraciones de Zapata nos invitan a reflexionar sobre el estado del sistema de protección social y la salud pública en Argentina. Mientras el gobierno de Milei continúa con sus reformas y ajustes, queda claro que el costo de estas decisiones se está cobrando a una tasa alarmante entre los más jóvenes. Si no se toman medidas efectivas y adecuadas, la brecha entre la política y la realidad de las familias argentinas seguirá creciendo, con consecuencias potencialmente devastadoras para la salud y el futuro de millones de niños.

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