
En una jornada cargada de tensión y expectativa, ambos imputados decidieron ejercer nuevamente su derecho a declarar. Germán Kiczka abrió la audiencia con un extenso relato destinado a “aclarar” cuestiones surgidas tras los testimonios de su esposa y su prima, brindados días atrás. Luego fue el turno de Sebastián, quien habló brevemente para admitir que consumió el contenido ilícito encontrado en los dispositivos, aunque aseguró no haber sabido que se trataba de material ilegal.
Este lunes surgió un dato clave durante el testimonio de una testigo presencial del allanamiento en la casa del padre de los imputados Kiczka: la identificación de una notebook Acer, como propiedad de Germán, uno de los acusados por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil.
El aporte de una testigo de Apóstoles, vecina de los Kiczka, motivó una declaración inesperada de Sebastián, quien se atribuyó la propiedad de computadora, Acer, pese a que su padre, Leonardo, también había dicho que la computadora era de Germán y por eso mismo, no se la llevaron inicialmente de la casa. Sin embargo, esa notebook es clave, porque allí hallaron material de abuso sexual infantil junto a correos, contraseñas y documentos actuales del ex diputado de Activar. Germán también pidió volver a declarar, aunque nuevamente se negó a responder preguntas.
“PENSÉ QUE ME LO HABÍAN PLANTADO”
En su exposición, Germán Kiczka hizo foco en dos elementos clave de la causa: el pendrive de la marca Fiat y la notebook Lenovo, ambos secuestrados durante los allanamientos y en los que la fiscalía sostiene que se halló material incriminatorio.
“Yo estaba convencido de que ese pendrive me lo plantaron”, afirmó al inicio. Sin embargo, dijo haber recordado luego que el dispositivo fue un obsequio de su padre y que lo había usado en 2015 o 2016 para actividades académicas y laborales. Aclaró que tiempo después no supo más del objeto y que su hermano Sebastián le dijo haberlo utilizado también, aunque “según él se lo llevó de nuevo a su casa”, cosa que no ocurrió.
Sobre la notebook Lenovo, Germán sostuvo que “jamás” vio archivos ilegales durante su uso y que Sebastián —con quien actualmente comparte celda— le aseguró haber borrado todos los archivos comprometedores tras utilizarla. Sin embargo, en el expediente figura que admitió haber “mirado pornografía” en la computadora Lenovo y que los archivos de abuso sexual infantil eran “descargas a ciegas”, “muchas veces en idioma desconocido”, por lo que “al haber material no deseado por mi siempre los he eliminado”..
En su declaración de este lunes, Germán también intentó desentenderse del contenido de las notebooks, a contramano de los datos que figuran en el expediente. Durante la investigación se hallaron fotografías de fecha 28 de Agosto del 2023 y de fecha 18 de Septiembre del año 2023 donde se lo puede observar utilizando las dos computadoras, tanto la Acer como la Lenovo; sobre su escritorio en la oficina que le pertenecía en la empresa Cigarros Misioneros S.A., donde trabajaba para Pedro Puerta, su amigo y socio político.
En la Acer se hallaron carpetas de la app Emule a nombre de Germán con MASI, 18 sesiones completas y 913 archivos completos bajados. En la Lenovo, material, sus claves e indicios de modificaciones de archivos el 28 de Febrero del año pasado, cuando la causa estaba en marcha. Antes aparecen archivos MASI en distintos formatos con una totalidad de 28 archivos y videos con menores de 13 años.
Germán también quiso despegarse de las actividades en grupos de Telegram: “Jamás escribí, jamás pregunté, ni participé de ninguna manera. Que alguien haya escrito una palabra indebida no tiene fundamento para ser atribuida a mí”, enfatizó.
Otro de los puntos que abordó fue el canal de YouTube denominado El show del tío Germán, donde subía videos durante la pandemia con “contenido para sus sobrinos”. Sin embargo, las pericias psicológicas determinaron que esos videos se utilizaron para captar posibles víctimas, con elementos que remiten a la pedofilia.
“Era una actividad familiar que hacíamos todos los domingos. Editaba los videos con aplausos y risas. Participaban mi mamá, mi papá, mis hermanos. Nos divertíamos en pandemia, cuando no se podía hacer nada”, relató. Señaló que como los archivos eran demasiado grandes para enviarlos por WhatsApp, su cuñado le sugirió subirlos a YouTube para compartirlos mediante un enlace.
“Me dolió muchísimo que se haya tergiversado para mostrar una cosa tan perversa”, dijo en alusión a cómo este contenido fue interpretado por la acusación.
Luego de la declaración de su hermano, Sebastián Kiczka solicitó brevemente ampliar su indagatoria. Reconoció haber sido él quien accedió al material que originó la causa, aunque intentó justificarlo: “Realmente no sabía que era ilegal. Está ahí en internet, al alcance. Yo no vi ningún problema”. Su declaración contradice sus propias palabras que figuran en el expediente en una conversación por Whatsapp: “Quiero la de 14…No se como pero siempre safo…Y mira q me coji menores” (sic). Tampoco es cierto que los videos de pedofilia estén “al alcance” en cualquier página pornográfica, ya que incluso las más explícitas aclaran que son actrices mayores de 18 años por cuestiones legales.
Sebastián juró que utilizó la computadora de su hermano en una noche de excesos: “Tomé cerveza, miré esos videos… pensé que borré todo, pero me olvidé del pendrive. Yo siempre ando con uno para imprimir cosas”. En el pendrive se halló abundante material MASI
El juicio contra los hermanos Kiczka se encuentra en una etapa avanzada, con testimonios clave de peritos, familiares y vecinos. Uno de los puntos centrales del debate es el hallazgo de material de abuso sexual infantil en dispositivos electrónicos pertenecientes a los acusados. La fiscalía, encabezada por Martín Rau, sostiene que hubo tenencia, almacenamiento y circulación de dicho material, mientras que las defensas intentan desligar responsabilidades o minimizar las conductas.
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