
En una medida que vuelve a golpear con fuerza a los productores yerbateros, el Ministerio de Economía de la Nación derogó este lunes la Resolución 152/2021, que disponía la existencia de una Comisión de Seguimiento dentro del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) para controlar el cumplimiento de los límites establecidos a las nuevas plantaciones del cultivo. Aunque en la práctica, con el DNU de diciembre de 2023 el INYM ya había perdido la facultad de fijar precios y regular plantaciones, el nuevo decreto termina de pulverizar la intención de los productores de recuperar el organismo yerbatero como rector de la actividad.
La decisión fue publicada este lunes 14 de abril en el Boletín Oficial mediante la Resolución 61/2024 de la Secretaría de Bioeconomía, que avanza en el proceso de desregulación iniciado con el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 del presidente Javier Milei, y que entre otros puntos vació de funciones al INYM.
La resolución derogada había sido impulsada en agosto de 2021 como parte de una estrategia para proteger a los pequeños y medianos productores, evitando una sobreoferta de hoja verde que deprime los precios y genera inestabilidad en la cadena. Establecía un marco de seguimiento y control para que las nuevas plantaciones no superaran lo autorizado por la Resolución 170/21, que fijaba un máximo de 5 hectáreas por productor por año.
Ese esquema de control, consensuado con el sector, buscaba garantizar una planificación ordenada del crecimiento yerbatero y evitar la concentración del negocio en grandes jugadores, preservando el equilibrio productivo. Desde su implementación, la Comisión había servido como herramienta de fiscalización clave ante la expansión desmedida de grandes plantadores.
Con esta nueva medida, el Gobierno elimina esa herramienta de control y da un paso más hacia la completa liberalización del mercado, sin contemplar el impacto social y económico sobre las economías regionales. Para los productores, representa un “golpe durísimo”, ya que deja sin efecto una barrera que evitaba el avance de los grandes grupos económicos sobre la producción y su consiguiente presión a la baja sobre el precio de la materia prima.
Desde asociaciones de productores y cooperativas ya anticipan una reacción. Señalan que esta desregulación, sumada a la falta de designación de autoridades en el INYM, pone en jaque al sistema productivo y amenaza directamente la sustentabilidad del cultivo.
La producción yerba mate, base de una de las principales economías regionales del NEA, atraviesa una de sus crisis más profundas. La eliminación de herramientas de planificación y regulación agrava el escenario para miles de pequeños productores que ya enfrentan costos crecientes, precios deprimidos y escasa previsibilidad.
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